6.27.2006

Documento universitario humanista

Nosotros, estudiantes, trabajadores de la educación, no docentes y graduados, humanistas sensibles a la injusticia, concientes que la situación que nos toca vivir en el ámbito universitario no es ajena al contexto social, sabiendo claramente que el aprendizaje, enseñanza y aplicación que recibimos y ejercemos estan fijados de antemano de acuerdo a parámetros y valores propios del insensible sistema neoliberal imperante, decidimos fundar la Fuerza Humanista. Junto con esta fundación hacemos pública nuestra adhesión al Documento del Movimiento Humanista.

¿Qué sistema, qué nación, qué pueblo, qué organización escapa hoy a la crisis general? En todas partes filtra el nihilismo, la desocupación, la recesión, el analfabetismo, la enfermedad, la violencia y la muerte.

La universidad no está exenta de esta crisis. En ella se manifiesta claramente la dicriminación en sus distintas formas: económica, racial, religiosa, sexual, política y psicológica; se potencia el desarrollo tecnológico por encima del desarrollo científico; se manipula el conocimiento en favor de un sistema inhumano y objetivante; se agudiza la tendencia a eliminar estudios que no sean inmediatamente útiles a la producción objetal, etc. En suma: se impone el vacío de contenido y la falta de sentido en la educación. Todo esto, acarrea graves consecuencias para el futuro.

Al estudiante, se lo trata como si fuera un contenedor vacío y pasivo, que debe ser programado para el sistema; que debe agachar la cabeza, adaptarse, conformarse y rendir pleitesías a un sistema inhumano; que debe adormecer o anular su capacidad crítica y de discusión con lo establecido; que se lo fuerza a adoptar una visión ingenua y fragmentaria de la realidad; que se lo empuja a una competencia descarnada y a un individualismo esterilizante; que se lo habilita para actuar con una eficiencia robótica, pero alienante, etc. Todo esto es así, porque en lugar de acercar al estudiante a tomar contacto con los propios registros del pensar, se lo aleja; porque en lugar de ayudarlo a concentrarse en la pregunta por el sentido de lo que hace, se lo distrae con todo tipo de secundariedades.

Los humanistas rechazamos tanto la idea como las prácticas que se derivan de una concepción pasiva de la conciencia humana. Tal concepción ha servido a los manipuladores de todos los tiempos, para arrebatar el presente y el futuro de los demás. Contrariamente, afirmamos una concepción activa de la conciencia humana, y el despliegue creciente de la intencionalidad humana, en su lucha por superar el dolor y el sufrimiento propio y ajeno. Ese es el motor de la historia y el verdadero sentido de la creación científica y artística.

¿Qué es la universidad? ¿Que es la sociedad? Y, ¿De qué sociedad estamos hablando? No son cuestiones que podamos discutir en estas líneas pero pensamos que deben afrontarse y confrontarse. Queremos que se expongan los diversos puntos de vista y sus respectivos fundamentos o intereses, y creemos que será útil escucharlos a todos. Son muchos los que hasta hoy se han preocupado por develar las leyes íntimas del acontecer humano, desde la materia , desde el espíritu, desde cierta razón, pero que al no tener en cuenta la intención humana, el mecanismo interno que se ha buscado siempre ha sido visto desde afuera del hombre. Nos parece que ha llegado la hora de que el ser humano aprenda a mirar el mundo desde “adentro”, a expresarse claramente, y a tomar el destino en sus manos.

Los humanistas rechazamos el intento de aplicar un modelo de universidad y de sociedad que proclame un ideal más alto que la vida y que para imponerse genere sufrimiento. Asimismo, negamos todo derecho a las prácticas violentas que pretenden monopolizar el futuro imponiendo sus modos de pensar, sentir y de actuar.

La discusión de fondo está radicada en la concepción que se tiene del ser humano. Algunos piensan que el hombre es un ser natural, cuya naturaleza profunda no se modifica, y que para ser “auténtico”, debe actuar conforme a la Ley Natural, que luego se transforma en “derecho natural” y en “leyes de mercado”. Otros nos dirán que el hombre es una criatura divina y que para salvarse debe obedecer la “Ley de Dios”, ceñirse a la “verdad objetiva”, y a los mandamientos de la iglesia que administra dicha fe. Una tercera, nos dirá que el ser humano es un reflejo de las condiciones objetivas que impone el medio natural y social. Etc.

Así, frente a las diversas concepciones que se han articulado sobre el fenómeno humano, y que han marcado tendencias históricas indudables, el Nuevo Humanismo fija su posición en el momento actual, definiendo al ser humano “como un ser histórico cuyo modo de acción social transforma a su propia naturaleza”. Pensamos que esta discución recién comienza; que la universidad es un ámbito adecuado para dilucidarla, y sobre todo, para estimular los nuevos caminos que necesita recorrer el ser humano.

La concepción que se tiene del hombre compromete la vida, la libertad y el futuro. Por ello pensamos que la universidad actual debe revisar su fundamento a partir de este punto. No parece difícil establecer la correspondencia que hay entre tal o cual imagen de ser humano, con el tipo de sociedad que se proyecta o se tiene por modelo, o bien, con el futuro a que se aspira.

En otras épocas el Humanismo reaccionó contra el oscurantismo y los regímenes autoritarios haciendo alborear la ciencia y propiciando formas progresivas de organización social. En el momento actual, el surgimiento de una Corriente Humanista Universitaria no parece una irrupción insólita, sino el correlato necesario a la deshumanización creciente que amenaza convertir al ámbito universitario en una fábrica de salchichas.

Invitamos a la reflexión, a la discusión pública, al desarrollo de esta ideas, y a asumir compromisos de acción: por una Universidad que contribuya a la tarea de HUMANIZAR LA TIERRA !!!

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